Destruído

Y se me irrita el alma; y que el saber destruye.
Y que pienso en nada; y de horribles ideas.
Y me irrito terrible; y que nos irritemos juntos.
Y me destruye el alma; y saber que no sabré.
Y saber que no sentiré; y me irrita el alma.

Y me irrita el alma; y la autodestrucción asistida.
Y que pienso en saber; y que la idea me da miedo.
Y que siento la cobardía; y que tenerlo todo a tener nada.
Y me destruye el alma; y olvidarte nunca, a tus pies rendido ... rendido; destruído.

No espero perdón, ni siquiera; ni quisiera; divino.
No espero benevolencia, ni siquiera; divino.
Digno no soy, ingidno a tu presencia; indolente.
No espero perdón, ni siquiera ... ni quisera.

Y me destruye el alma; y olvidarte nunca, a tus pies rendido ... rendido; destruído.

He ahí

Si he de estar demente, es por tu mirada.
concierne saber que me mata, me descoloca, me vuelve taciturno; aún estando demente.
        .- Ofusca mi vientre, revuelve mi mente; sentir adolescente -.

Si he de estar sediento, es por tus labios.
concierne saber que me atan; me atan al sabor del elixir empírico y fulminante; dulce aliento.
        .- Compone mi tormento, inhibe mi adormecimieto; sentir opulento -.

He ahí tu belleza, he ahí mis sentires, he ahí.....

Verso XXI

Buscó divagar dentro de su mirada,
Más nada encontró,
Destellante fervor de su alma avasallada,
Ternura descompensada,
        .-Tácita, aún así perdida, desordenada-.
Su alevosía de querer negó,
No queda nada.

Encontrarnos

Y encontranos, encontrar un poquito de ternura ... Fulminante ternura, fugaz y tenue; tenue final.
       .- Suave calma al despiadado tacto de tu mirada-.

Tu cuerpo, otra piel con la cual sentir amor efímero; amor momentáneo, amor destellante
        .- Gloria empírica en el deseo de amar-.

Tanto

Y me gustó tanto cuando la vi,
Y me gustó tanto su mirada,
Y me gustó tanto su sonrisa,
Y me gustó tanto su corazón,
Me gustó tanto...

Al alba

Y su alma enternecida se había dormido,

somnolienta y esquiva, estaba confundida,

mas aún, su mirada la delataba,

                       viajaba penetrante haciendo ruido,

su mirada, aquella mirada antagonista a su alma dormida.

Y su corazón introvertido acusaba, 

                       cambios rítmicos de mi tacto,

cambios fulminantes al roce de nuestros labios, 

                       tus labios, que esbozos de mi alma hurtaba,

mas aún, seguido al rítmico acto,

a tu corazón introvertido con miradas al alma, yo robaba.

Y su alma enternecida de había dormido,

en mis brazos; se había dormido, 

aún confundida, aletargada y esquiva, se había dormido,

mas aún, su mirada delatora, 

                       destronaba toda coraza y al alba evidenciaba,

sus besos, rítmicos y eufóricos, suave gamuza sabor miel, 

                       al alba, su alma se enamoraba.

En un santiamén

Y en un santiamén se quedó parado,

restringiéndose a no entregar más,  

ni al alba, ni al anochecer, ni a los atardeceres,

ahí se quedó,  meditando en silencio, palpitando en silencio...

                                                               todo en un santiamén.